Existen marcas que son bonitas, especiales como, por ejemplo, aquellas que dejan unas vacaciones extraordinarias en Gran Canaria. A veces son las risas con sabor a salitre, otras, el eco del sonido de las olas del océano Atlántico entrando por tu balcón mientras duermes en cualquiera de nuestras habitaciones; vestigios en forma de recuerdo que quedarán grabados a fuego en tu memoria: las instalaciones, el ocio y los servicios de Corallium Beach by Lopesan Hotels, como el arder de la lava volcánica que aporta ese color característico e inconfundible a la arena de la playa de San Agustín.

Esta no será una marca cualquiera, será más bien un sello, una impronta que te conectará con tu parte más auténtica, reconduciendo toda tu energía para que te concentres en lo que realmente has venido a hacer: cuidarte y mimarte tanto con nuestros servicios gratuitos como con aquellos que, con un pequeño cargo, convertirán en premium tu experiencia en el Hotel Corallium Beach.

Lo que también dejará una huella imborrable será la sensación que experimentarás al entrar en la recepción y, más tarde, en tu habitación: una atmósfera apacible decorada en tonos neutros que combinan a la perfección con dorados y azules que, inundadas de luz natural, enmarcan la paleta volcánica de San Agustín. Y, hablando de colores, hay dos que anidarán en tu memoria como lo hacen las aves en primavera, pero en este caso de forma eterna. En primer lugar, el verde del magnífico jardín tropical por el que pasearás mientras el sol abandona los cielos de las Islas Canarias y, en segundo lugar, los azules de las piscinas: dos grandes y dos de hidromasaje. ¡Esas burbujas marcarán un hito en tu vida! Te lo garantizamos.

Imposible también te será olvidar el sabor de una gastronomía creativa y de kilómetro 0, el sonido de las risas mientras te diviertes con las actividades de animación y ocio de Corallium Beach by Lopesan Hotels, el repiqueteo de las copas en esos brindis inesperados de media tarde al borde de la piscina o la increíble sensación de paz al darte un masaje sensorial con el sonido del mar de fondo. En el solárium nudista, ubicado en las alturas del complejo, lo que sí se borrará de tu ser será el miedo, dejando paso a un sentimiento de libertad absoluta jamás soñado.

Fuera del hotel, Gran Canaria escribe historias de contraste: acantilados que recortan el horizonte, pueblos con calles empedradas, comercios donde te reciben con una sonrisa, y playas de arena oscura que nacen del encuentro eterno entre lava y océano. Esto marcará un antes y un después en tu forma de apreciar los matices del mundo.

Y quizá al regresar a casa, sientas que algo en ti cambió. Una mirada distinta, una serenidad latente, una epifanía perpetua. Y es que el Hotel Corallium Beach no es solo un hotel, es el portal a un universo de arena oscura, sol eterno y silencios que hablan con la voz profunda del Atlántico.